Y él no lo nota.
Todos mis intentos se le hacen invisibles.
Mientras más le doy, más se aleja. Más me teme.
Mientras más le entrego, más me huye. Le ruego, le suplico. Se escabulle, se me escapa.
Escribo todas las noches en su nombre y el nunca llega.
Le pongo su sabor a labios ajenos.
Lo espero.
Te estoy esperando.
Sé que me lees... una palabra tuya bastará para matarme sanarme.
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